*Surgió de la nada; hace nueve meses empezaron a tocar
para pasar el rato y porque les apasiona la música
*Sorpresivamente “Richie” los pone en aprietos cuando
decide comprometerlos a presentarse en público
*Los cinco integrantes de la banda la pasan bien y
disfrutan lo que hacen; llevan cinco presentaciones en “Me Terraza”
A. Pérez
¡Vaya, sorpresa!: “Sólo Blues” es una banda que surgió de la
nada. No había planes; ni siquiera una remota idea; menos, que la familia se
fuera a involucrar, no sólo para tocar en la casa, sino hasta para debutar en
un restaurante de Querétaro, luego en Celaya; ahora ya hasta planes hay para
grabar un disco. Si no son profesionales, sí tocan bien, con estilo, y con
mucha pasión. Disfrutan ellos mismos de su interpretación.
Todo surgió en el seno de la familia Martínez Morín, muy
unida, por cierto. Cada uno tiene y realiza su profesión en diversos campos de
la actividad empresarial y laboral, pero los une, además de los lazos
familiares, su gusto por la música. Es su pasatiempo favorito de unos nueve
meses a la fecha.
Richie |
Además, cada uno tiene su historia de cómo se fue integrando
al grupo. Aquí los mencionaremos por su nombre artístico, sólo por la
expectación que han generado entre familiares y conocidos, quienes han
disfrutado de esta sorpresa, pero son muy conocidos: “Irenovish”, en la
batería, primera vez que toca un instrumento, empezó con el pandero, pero luego
exigió la batería completa; “Morezy” y “Super”, primero y segundo saxofón, los
dos, en su infancia, estudiaron música en la Casa de la Cultura, ella se
identifica por su antifaz y él por seguir las ocurrencias de “Morezy”; “Salvatore
Estrella”, guitarra-requinto, “el único yerno que toca en una banda con sus
suegros”, dicen sus amigos; y Richie, guitarra-bajo y armónica, el gurú del
grupo, lírico en todo, menos en su profesión, pero apasionado por el blues, por
tranquilo y melancólico, ¡ah!, pero muy arriesgado para ponerle presión a la
banda, con los compromisos que él se echó encima, cuando nadie sabía que tenían
que presentarse en público.
El inicio fue como un juego; el gurú de la familia, que ya
llevaba dos años escuchando y estudiando la historia del blues, practicaba en
privado con su guitarra, de la cual sólo sabía algunos tonos del método
“Guitarra Fácil”; pero le entusiasmo que se le hiciera tan fácil acompañar
algunas canciones, que entre consulta y consulta “le echaba un ojo gato y otro
al garabato”, en su consultorio de Uriangato, desde hace dos años.
Con el ánimo en alto, un día, de hace nueve meses, se puso a
tocar con “Salvatore” algunas canciones de blues; le dijo cómo le tenía que
hacer para que sonara a blues. “Salvatore” ha tocado más que ellos, lo llaman,
de vez en cuando, varios grupos de amigos. Juntos se dieron cuenta que no se
escuchaban tan mal. Con el tiempo se sumó el primer saxofón, luego el pandero,
que tocaba la nieta, y después el otro saxofón.
Irenovish |
De febrero a la fecha, le pusieron día y hora para juntarse
a tocar, para hacerlo más formal. La del pandero no aguantaba y prefería jugar.
Así es que le dijeron a la señora de la casa: “A ver, toca tú el pandero”. No
le gustó y pidió su batería completa. Al ensayo siguiente ya estaba dando los
primeros “tarolazos” y “agarrando” el ritmo del blues. Todo con el interés de
divertirse, de sacar un poco el estrés del día; pero tratando de hacer las
cosas bien y cada día mejor.
VAN DE SALVADORES
Adrián, el otro hijo de la familia, chef profesional en
Querétaro, platicó un día que en el trabajo no les iba bien y que estaban
despidiendo personal. Nadie dijo nada, fuera de un “échele ganas, ojalá y no te
toque”.
Al día siguiente “Richie” va con el dueño del restaurante;
después de los saludos normales, le dice: “oye mano, sé que no te va muy bien por
ahora; te propongo algo: conozco a una banda que toca muy bien, dales la
oportunidad de que se presenten aquí, puede que te ayude a atraer más gente; no
te van a cobrar, a mí me deben un favor; con eso me van a pagar y yo te echo la
mano a ti”.
La historia es más larga, pero después de convencerlo y
fijar la fecha, se regresó con la familia para decirles que ya tenía el
compromiso de tocar en Querétaro en 15 días. Nadie estuvo de acuerdo. No se
había abordado el tema, ni era esa la intensión al reunirse a tocar. Pero como
jefe de la familia tuvo que hacer valer su autoridad, a su modo: “el compromiso está hecho
y hay que cumplir. Todo sea por una buena causa”, les dijo.
Salvatore Estrella |
De aquí en adelante, vinieron los nervios y las presiones:
lo que antes decían “se escuchaba bien”, ahora ya no. Intervino “Salvatore
Estrella”, quien por su experiencia le puso orden y armonía a la banda. Se
empezó a escuchar mejor, pero el repertorio no daba para la presentación de una
hora y el equipo electrónico no era el adecuado. Pospusieron la fecha de
presentación, argumentando que la banda ya tenía varias tocadas, y como ahí no
iban a cobrar, le daban preferencia a otros compromisos.
Mientras a ellos los nervios los desarmaban cada vez más, la
adrenalina los levantaba al escuchar cómo se iban acoplando los instrumentos.
Cuando notaron que faltaba la armónica, al ensayo siguiente “Richie” ya tenía
la armónica, y terminaron dándole el sonido adecuado.
SORPENDEN A FAMILIARES Y COMENSALES
La fecha inevitable llegó. Se presentaron el primero de
agosto, un sábado por la noche. Invitaron a las familias Martínez y Morín de
Celaya, y a otros amigos, para ir a ver una banda, que según Adrián, el chef
del restaurante, toca muy bien, así se los llevaron.
La sorpresa fue impactante para todos los familiares,
invitados y comensales, hasta para el mismo dueño y el chef, pues ni Adrián
sabía el asunto de la banda.
Luego del debut en Querétaro, Richie llegó con una historia
parecida al bar “Me Terraza”, de prolongación Hidalgo. No fue fácil convencer a
uno de los socios, pero con la propuesta de no cobrar nada y el compromiso de
contratarlos, si les gustaba, comenzaron a presentarse el 31 de octubre. Hoy, ahí
están, entre viernes o sábado, dependiendo del día de guardia de “Super”,
médico de profesión, igual que “Richie”. Este sábado, precisamente, estarán
tocando. Su última presentación de temporada será el 18 de diciembre.
ESTAN FELICES Y DISFRUTAN LO QUE HACEN
Los cinco integrantes de la banda “Sólo Blues” están felices
y disfrutan lo que hacen. No dejan de sufrir de nervios, pero ya se divierten,
desde los ensayos y en las presentaciones, pues aunque repitan canciones no
siempre las tocan igual, las arreglan a su modo y al momento que viven. Así es
el blues, dice Richie.
Morezy |
La banda les ha ayudado a realizar remotos sueños, que
alguna vez pasaron por la imaginación: “Morezy”, cineasta, en la especialidad
de edición, comenta que alguna vez se imaginó tocar en un grupo, pero nunca
pensó en que eso fuera hacerse realidad un día, menos con su familia y con su mamá
en la batería.
Sus amigas le preguntan: “¿La de la batería es tu mamá? Les
digo que sí, y luego, casi a gritos me contestan: ¡oooh!, ¡qué padre!”. Y
agrega: “eso me llena de mucho orgullo; me da mucha satisfacción”.
“Salvatore Estrella”, mercadólogo de profesión, el novio de
“Morezy”. Sus amigos le dicen que es el único yerno, que conocen, que toca con
sus suegros. Él es quien relata que la banda surgió de la nada, pero cada uno
le ha ido poniendo algo particular, que la hace única. Disfruta mucho de la
música, en cada ensayo y en cada presentación. El día que ya no disfrute, se
retira.
Super |
“Super”, médico de profesión. El día del debut en “Me
Terraza”, es histórico e inolvidable para él, salió a tocar, porque ya estaba
el compromiso, cuando a él apenas en la mañana le habían sacado la muela del
juicio. Tuvo que hacer un gran esfuerzo, pero salió bien. Él y “Morezy” siempre
han sido muy unidos, por eso la sigue en todo lo que a ella se le ocurre hacer
durante las presentaciones.
“Irenovish”, licenciada en administración; no tenía ni idea
de cómo se tocaba la batería. Ella desde la cocina escuchaba y se divertía,
hasta que no hubo quien tocara el pandero la llamaron, pero ella exigió su
batería. Es la que más ha sufrido de estrés con los compromisos de “Riche”. En
ocasiones, hasta las manos y las piernas se le han acalambrado. Pero está
contenta y es feliz tocando en la banda. Cada día le da menos trabajo tomar y
marcar el ritmo de las nuevas canciones que van poniendo.
Es un trabajo muy creativo para todos. Cada uno le pone algo
nuevo cada vez, si se oye bien, se queda, si no, se intenta otra cosa. Ya hasta
empezaron a componer sus propias canciones y esperan grabar un disco.
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