lunes, 26 de marzo de 2012

Alienta el Papa a los mexicanos


* Invitó el Papa Benedicto XVI a acudir a la Madre del verdadero Dios para superar todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria* El arzobispo de León agradeció el haber traído su mensaje, el cual “nos alienta para ser constructores de una sociedad con rostro humano y solidario”* Participaron en la misa más de 650 mil personas, entre fieles, cardenales, obispos, sacerdotes y autoridades civiles del país

Por Miriam Contreras
 
Ante una juventud motivada y familias enteras conmovidas, el Papa Benedicto XVI ofició la Santa Misa, a la que asistieron más de 650 mil personas, que abarrotaron, con su fe, el Parque Guanajuato Bicentenario de Silao. En la lectura del Angelus Dominic, el Sumo Pontífice pidió a la Virgen María interceder por las familias que en estos momentos están siendo afectadas por la migración, la pobreza, la violencia y el narcotráfico.
El sucesor de Pedro señaló que a través de la madre de Dios, se pueden superar todos los males, y construir una sociedad justa y solidaria.“
En estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza. Es la Madre del verdadero Dios, que invita a estar con la fe y la caridad bajo su sombra, para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria”, expresó.
En la homilía, el santo padre agradeció la presencia de señores Cardenales y Obispos de México, el Caribe y Latinoamérica, así como a las autoridades mexicanas que acudieron a la misa. De manera especial se congratuló por la recepción del arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, quien en un mensaje previo, coincidió con el sumo pontífice, en la situación difícil que padecen los mexicanos, debido a los actos de violencia y discordia, de los últimos años.
Al respecto, Benedicto XVI pidió a los fieles prepararse para celebrar la próxima semana, el gran misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor para lograr mirar dentro del corazón humano, “especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica”.
A pocos días de que la grey católica festeje la Semana Santa, el sumo pontífice pidió a los obispos de Latinoamérica y el Caribe, renovar, confirmar y revitalizar el Evangelio para que los fieles, por convicción, “se resistan a la tentación de una fe superficial y rutinaria, a veces fragmentada e incoherente”.
Luego de sobrevolar el cerro del Cubilete, donde está la estatua de Cristo Rey, el sumo pontífice se refirió a su predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, quien “no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano”. Y agregó “seguramente se alegrará hoy desde el cielo, de que el Señor me haya concedido la gracia de poder estar ahora con ustedes, como también habrá bendecido a tantos millones de mexicanos que han querido venerar sus reliquias recientemente en todos los rincones del país”.
Durante el sermón, resaltó que pese a “las muchas diferencias” del pueblo mexicano, este país tiene un destino y un afán común, por lo que invitó a los presentes a pedirle a Cristo “un corazón puro, donde él pueda habitar como príncipe de la paz, el bien y el amor”.
Al término de la homilía, el Santo Padre recibió de manos de autoridades eclesiásticas un vitral con la imagen de Cristo Rey que está en la cima del cerro del Cubilete.

EL PAPA LLEGÓ EN MOMENTO OPORTUNO A MÉXICO: ARZOBISPO DE LEÓN
Antes de iniciar la Celebración Eucarística, correspondiente al quinto domingo de Cuaresma, el Arzobispo de la Diócesis de León, monseñor José Guadalupe Martín Rábago, dirigió un mensaje al papa Benedicto XVI, a quien le manifestó su agradecimiento por haber decidido venir a México, que actualmente padece una dramática realidad.
Monseñor recordó, cuando el pasado 12 de diciembre de 2011, el sumo pontífice anunció su visita a tierras mexicanas para predicar el Evangelio de Dios, que es necesario escuchar para superar la sensación de temor, impotencia y duelo que tiene la sociedad, debido a diferentes factores, entre ellos, la pobreza, la impunidad y la corrupción.
“Llega usted a nuestra patria mexicana en momentos en que oramos constantemente con las palabras del salmista: –Oh! Dios escucha mi plegaria pues veo en la ciudad violencia y discordia, en su recinto, crimen e injusticia, dentro de ella, calamidades”.
“Hemos vivido en estos últimos años, acontecimientos de violencia y muerte, que han generado una penosa sensación de temor, impotencia y duelo. Hay que decirlo con toda claridad: sabemos que esta dramática realidad tiene raíces perversas que la alimentan: la pobreza, la falta de oportunidades, la corrupción, la impunidad, la deficiente procuración de justicia y el cambio cultural que lleva a la convicción de que, esta vida sólo vale la pena ser vivida si permite acumular bienes o poder rápidamente y sin importar sus consecuencias y su coste”.
El Arzobispo de la Diócesis de León indicó que la violencia actual es también consecuencia de la grave crisis de moralidad, aunque subrayó que la mayoría de la gente desea revertir esta mal.
“Somos conscientes de que padecemos también, hay que reconocerlo, una grave crisis de moralidad porque se ha debilitado y relativizado la experiencia religiosa en algunos sectores de nuestro pueblo, con grandes consecuencias en la vivencia y educación de los valores morales. La inmensa mayoría de nuestra gente no quiere caminar por caminos de muerte y destrucción, anhela más bien, vivir en paz y gozar de la felicidad de Cristo”.
Por último, reiteró su agradecimiento al Papa Benedicto XVI por venir a México a traer su mensaje de reconciliación, justicia y paz, el cual “nos aliente para ser constructores de una sociedad con rostro humano y solidario”.

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